Retorno

...Porque el vampiro sufre,
no sólo por el eterno purgatorio que le ha sido impuesto al condenársele a frecuentar al mismo tiempo el mundo de los vivos y de los muertos,
sino también por la clara conciencia que tiene del mal que fuerzas ocultas le obligan a hacer.
Y mientras en sus grandes ojos se refleja el frío y vidrioso horror del más allá,
las pobres y descoloridas bocas, que no cobran vida sino al contacto de la sangre humana, expresan la tortura de aquella despiadada lucha del yo contra el yo, que desgarra al que sabe que sólo puede salvarse por una aniquilación que no quiere.

Pedro de Olazábal